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miércoles, 15 de junio de 2011

APRENDIENDO A SER LIBRE



Si tuviera que describir cómo me he sentido en esta asignatura diferenciaría tres etapas básicas.

La primera coincide con el primer contacto con la asignatura. Si tuviera que describirla con una palabra, ésta sería OPTIMISMO.

Al leer el título de la asignatura ya me motivó a elegirla entre otras opciones (tampoco muchas), era algo cercano y a la vez distante. Todos hemos hablado o hemos oído hablar libremente de la importancia de las habilidades sociales para una buena relación social en todos los ámbitos: laboral, familiar, amistad, de pareja… pero a nivel personal no era demasiado consciente de ellas, ya que solo me daba cuenta de que formaban parte de mi cuándo existía algún conflicto o cuando estaba en un contexto desconocido y había que ponerlas en urgente funcionamiento.


Uno de los primeros días de clase recuerdo que elegimos tres habilidades sociales positivas y tres negativas, que optimista estaba cuándo las escribí…me salían muchas más positivas que negativas… a día de hoy, considero las habilidades como algo más complejo que las cinco frases que escribí. He aprendido que ninguna habilidad es absoluta (ni para bien, ni para mal) y las positivas puede que en algunas situaciones no lo sean tanto.
Sin embargo creo que tampoco fui tan ingenua al ponerme tantas habilidades positivas ya que ese pensamiento condicionará positivamente mis circunstancias, y de esta forma me sentiré mejor, y podré conseguir todo aquello que me proponga.

La segunda etapa empezó cuando nos metimos de lleno con contenidos de la asignatura. Si tuviera que describirla con otra palabra sería: EXPERIENCIA

Sin prácticamente comenzar a trabajar la asignatura ya tenía grandes expectativas, ya que no es tanto la asignatura en sí, como la persona que te encamine a trabajarla. Contaba con la ventaja de haber cursado el año pasado otra asignatura orientada de forma parecida y me fue más “fácil” seguir este modelo de clases.
Clases que, como el año pasado, me han descolocado, me han hecho reflexionar hasta cansarme y creerme volver loca… y me han hecho más compleja mi vida y la de los de mi alrededor ya que me paraba a cuestionar muchas cosas que antes pasaba por alto, pero al fin y al cabo ya era semiexperta en este tipo de experiencias.

Todavía recuerdo cuándo después de una de las clases  de HHSS quedamos unas cuantas compañeras de clase para ver una película en el cine, Carne de Neón se llamaba, y al terminarla empezamos a reflexionar de manera muy exhaustiva sobre el tráfico de mujeres, que era el tema básico de dicha película, empezamos a ir más allá de lo que se mostraba en la película y acabamos asombradas nosotras mismas, de lo que nos había dado de sí, todo eran preguntas y reflexiones, como en clase. 

En esta etapa trabajamos aspectos importantes para las habilidades sociales como el CONFLICTO:



El CONTEXTO como concepto clave de las HHSS






















O los distintos PROGRAMAS DE HABILIDADES SOCIALES Y DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS que más tarde aplicamos.

La tercera parte clave es el proceso de realizar el programa de habilidades sociales que nosotros mismos elaboramos.

DESILUSIÓN es la palabra que más se identifica con esta última fase.

En esta etapa perdí un poco la ilusión con la que empecé la asignatura. No terminaba de entender cómo podíamos hacer un programa de HHSS, era una actividad muy distinta a lo que estábamos acostumbrados.
El gran grupo me cohibía hasta el punto de no sentirme útil, debido a que me costaba aportar ideas y veía que estábamos demasiado perdidos, no avanzábamos demasiado debido a la diversidad de opiniones y de perfiles. Y para rematar, me era imposible estar el día que se aplicaría el programa, por lo que no vería de primera mano los resultados obtenidos (si es que esto era lo más importante del programa).

Respecto a mi participación en el programa de HHSS se puede decir que fue relativamente “activa”. Realicé la salida al Ecce Hommo que organizaron nuestros compañeros de INEF, pero no pude (o no supe) aprovecharla en nuestro programa ya que cuando fui, como grupo ,no llevábamos nada del programa acordado, y a nivel personal ni siquiera me había parado a pensar como establecer lo que íbamos a trabajar después con estos chicos. Esta salida me sirvió más como experiencia personal (muy grata) que como recurso para nuestro programa.

Después de varias sesiones en las que nos reuníamos toda la clase, conseguimos acordar unas directrices básicas de lo que sería nuestro programa de habilidades sociales.

Nos costó bastante ponernos de acuerdo. Había diferentes perfiles, con diferentes posturas, buscando la eficacia del programa (y no el riesgo) pero con un objetivo común que fue (desde mi punto de vista en el proceso) lo que nos unió y motivó a evitar los conflictos que inevitablemente surgieron: Que saliera bien nuestro programa de HHSS (dirigidos al LOGRO).

En la evaluación final salió que muchos pensaron más en el proceso que en el producto. Me parece mucho más productivo, pero yo no lo conseguí. Yo en el momento pensaba más en cómo iba a salir ese programa que en “disfrutar”, analizar y darme cuenta de cómo estaba yendo el proceso.

Por otro lado lo pienso y, éramos totalmente libres, eso significaba que en teoría tendríamos más facilidades para hacer lo que nosotros quisiéramos, pero curiosamente las inseguridades estaban más que presentes.

¿Necesitábamos aprobación del profesor? La respuesta está en que creo que no estamos acostumbrados a ese tipo de libertad. Se fomentó la independencia colectiva, gracias al surgimiento de unos líderes naturales (y necesarios) que tomaban las riendas de las decisiones que se tomaban en el gran grupo y mediante el respeto, como actitud primordial, se fue construyendo el programa, pero aún así no estaba del todo asentado. ¿Quizá no estaba compartido equitativamente el peso del grupo?

Volviendo al programa y una vez establecidas unas directrices básicas en gran grupo, decidimos dividirnos en pequeños grupos. Esto me facilitó mucho la tarea. Ahora estaba en un grupo con el que tenía más cosas en común (la mayoría habíamos realizado la salida con los de INEF) y me fue más fácil participar.

Nos llamamos el grupo de Bienvenida y después de lanzar varias propuestas en un contexto más relajado (el patio) decidimos hacer un vídeo de bienvenida en el que no me importó participar, ya que tenía alguna anécdota curiosa que contar.


Los demás grupos fueron trabajando por su cuenta, pero al final de la sesión nos juntábamos para contarnos las nuevas propuestas surgidas de los pequeños grupos.
Una vez terminado el programa, llegó el día de llevarlo a la práctica y más tarde de evaluarlo, que fue uno de los procesos más importantes.

Después de escuchar impresiones, opiniones y sentimientos de mis compañeros, y ninguno igual ya que cada un teníamos una realidad distinta en función de nuestro propio aprendizaje, NECESITABA que el profesor nos comentara las suyas, por eso la palabra que mejor me definía en ese momento era INQUIETUD. ¿Por qué tanta importancia a lo que diga nuestra figura de referencia? ¡Tierra llamando a autoestima!
En alguna ocasión también me he llegado a sentir bastante IGNORANTE, cuándo alguien aportaba alguna propuesta sobre el programa, me preguntaba por qué no se me habría ocurrido a mi algo así, la comparación con los compañeros era constante.
¡Tierra llamando a autoestima II!

Para ir concluyendo, es preciso señalar que para mí esta asignatura ha sido un conflicto interno casi constante, en el sentido en el que las clases se convertían en situaciones en las que yo misma me he ido poniendo a prueba; Pero no me deshonro por ello, ya que creo que si ha habido este conflicto es porque también ha habido aprendizaje y he sabido sacar provecho de las situaciones.

De todas formas, aunque aprendamos de los conflictos, no creo que se deba dejar a un lado nuestra personalidad, en el sentido de que parece que tropezamos muchas veces con la misma piedra, “siempre me ocurre igual”, y es porque a veces, aunque sepamos que no funcionamos con algunas personas o con grandes grupos, creo que no cambiamos de un día para otro, esto es un proceso y lo más importante ya lo tengo, ser consciente de él.

Aún así me planteo: ¿Que he aportado a la clase? ¿Tengo necesidad de participar? ¿Qué interés tengo de que salga bien el programa que estamos trabajando? ¿Necesito demostrar a mi grupo-clase mis habilidades? ¿Hasta dónde puedo llegar y hasta donde voy?

No siempre necesito saber todas las respuestas aunque pueda parecer conformismo, yo creo que es más bien aceptación.

Dicen y yo les creo, que cuando el alumno está preparado, aparece el maestro. Seguramente ocurra igual con las preguntas.

En estos momentos me siento un poco como en una isla, voy a cruzar ese puente del que hablábamos el año pasado. En concreto me quedo con la séptima opción que nos planteabas en Infancia y adolescencia:Avanzar poco a poco, con esfuerzo y trabajo, pero no sé muy bien dónde”

¿Hacía donde voy? No estoy muy segura de ello, pero creo que eso tampoco importa demasiado al menos por esta vez, así que a pesar de que el sentido de la orientación no es el mejor de mis sentidos (demostrado queda en la salida de INEF), va a ser imposible que me pierda. Creo que éste, está siendo uno de mis mejores viajes

En cuanto a la autocalificación que nos pides, me parece un tema un poco “delicado” y “complicado”, primordialmente porque nunca se es lo suficientemente objetivo por mucho empeño que se ponga.  A pesar de ello, intentaré realizar una valoración lo más adecuada, objetiva y adaptada a la realidad.

Si alguien me preguntara qué es lo principal que he aprendido durante esta asignatura respondería que son tantos las temas que hemos tratado (en las prácticas, por mi cuenta, en las sesiones realizados en clase, a través de las lecturas recomendadas…) que no podría centrarme tan sólo en una cosa, pero de lo que estoy totalmente segura es que mis conocimientos sobre la asignatura son aplicables a lo largo de mi práctica personal y profesional.

Con respecto a mi proceso de aprendizaje ha sido activo, participativo (trabajo de grupo en clase), reflexivo (ya que estas sesiones y algunos conocimientos nuevos adquiridos me han hecho pensar y reflexionar respecto a otros temas, y recordar muchos de ellos ya trabajados en mi otra carrera de educación especial…). Es decir, el aprendizaje se ha llevado a cabo por descubrimiento. Yo he marcado mis límites, he elegido los textos, archivos, documentos, noticias, si ir a clase o no, participar en el programa o no etc...

En cuanto a mi manera de aprender en relación a esto, he aprendido que tener una base es muy importante para adquirir un aprendizaje correcto, pero si no se tiene, debemos investigar, experimentar y buscar información para adquirir esa “formación desde abajo” porque nada es imposible.

Lo aprendido lo podría aplicar tanto en el terreno personal como en el profesional. En el personal porque me doy cuenta de que todos somos capaces de aprender, de conseguir incrementar nuestro nivel de aprendizaje, nuestros conocimientos, etc. Las tareas de grupo han sido muy ricas ya que compartes con los compañeros conocimientos, experiencias… En el terreno profesional todo esto me ha hecho ser más tolerante y comprensivo con mis alumnos, conocer más de cerca los motivos por los que se pueden crear carencias y empatizar es fundamental para poder entender a los otros. 

Los criterios que emplearía si tuviera que calificarme, y ordenados por orden de prioridad e importancia (para mí), serían los siguientes: La asistencia a las clases, al final se ha hecho menos llevadero debido a la acumulación de trabajos finales... Sin embargo considero que mi interés demostrado por la asignatura ha sido manifiesto; La lectura del material de apoyo para favorecer el proceso de comprensión del proceso de aprendizaje, el seguimiento de la asignatura mediante los blogs, así como la participación activa en pequeños y grandes grupos (cuando mi miedo a hablar en público me lo permitía). Por todo esto, considero que mi nota debería estar en un ¿notable?

Como propuesta de mejora, hay cantidad de cosas que se podrían mejorar, todo es mejorable, cada vez que leo ésta evaluación de nuevo siempre agrego algo por ejemplo. En cuanto a la facultad, sus asignaturas y profesores, digamos que “es lo que hay” somos la última promoción de Psicopedagogos en la Uah y nada se puede hacer ya, solo sacar lo más positivo y productivo de cada uno de nuestros docentes y sus asignaturas. De nada vale cabrearnos y mantener una actitud negativa, ya que de TODOS (mucho o poco) podemos aprender, pero en general me quedo con buen sabor de boca a nivel personal. Creo que he crecido mucho como persona en estos dos años y asignaturas como esta me han ayudado bastante.

Para terminar haré una pequeña referencia a la metodología que llevamos en clase, puesto que me parece que es muy enriquecedora, ya que podemos ver y analizar muchas opiniones distintas, además el cambiar constantemente de grupo y ponernos con personas con las que no tenemos mucho trato ayuda a concentrarse mejor en la tarea y ver diversos puntos de vista. Y me parece muy importante el papel del profesor, puesto que un aprendizaje no se basa solo en mandar trabajos para que los hagan los alumnos en grupo sino prestar a esos alumnos un guía en el aprendizaje, plantearles retos e interrogantes y ayudarles a construir su conocimiento.

Termino con una frase que me lleva acompañando durante el comienzo de mi aventura en psicopedagogía:

“El aprendizaje no es un necesario producto del paso del tiempo, ni de la acumulación de conocimientos. Aprendemos según lo que somos capaces de hacer en ese tiempo, y con esos conocimientos. Aprender es posible, pero requiere que estemos dispuestos a cuestionar nuestras ideas, desde las más superficiales hasta aquellas en las que encontramos sustento y seguridad.” (Robert Kegan)