Entradas populares

domingo, 13 de noviembre de 2011

Una experiencia única e incomparable

(Mujeres vendiendo en la terminal de Autobuses)


Ya han pasado dos meses desde que regresé de Nicaragua y no hay un solo día en el que no haga referencia a ella en cualquiera de mis conversaciones…

Vine de un país pobre con un BIP per cápita de 1025 $ y una gran deuda externa e interna  que limitan los gastos estatales sobre todo en Educación, salud e infraestructuras, Hasta aquí no se se diferenciaba mucho del “nuestro”.
Con unos índices de pobreza muy elevados, el 72% de los niños/as vivían en hogares pobres, y 41.5% en hogares de pobreza extrema (según el método de Necesidades Básicas Insatisfechas).

La pobreza reflejaba las malas condiciones de vida, y estaba ligado a las malas condiciones de trabajo: gran desempleo y condiciones de trabajo precarios.
Nicaragua es un país pobre que produce mano de obra barata para empresas internacionales que quieren producir a bajo costo y sin pagar. He llegado a ver lugares donde no había agua potable pero si un puesto de coca-cola.
De la migración externa viven muchas familias que dependen de las remesas que mandan el familiar que se jugó la vida y consiguió llegar a EEUU.
Un país donde no existen suficientes aulas, muebles, textos ni la preparación y acompañamiento para los/as maestros.
Un país con pocas garantías… existen leyes pero es difícil hacerlas cumplir, y más difícil para la población que no cuenta con recursos. Hasta el aparto jurídico está partidarizado.

Pero a pesar de todo…

Nicaragua te da lo poco que tiene con la mejor de sus sonrisas.



Al regreso todos me preguntaban: ¿Qué tal tu vuelta a la realidad?
Pero lo que ellos no sabían es que esa era mi realidad. Realidad que desgraciadamente pocos conocen, ya que no han podido vivirlo ni sentirlo como lo he hecho yo.

Se habla de un país tercermundista en cuestión de recursos, pero es el país que más riqueza humana tiene.
Un país donde parece que el tiempo misteriosamente se para, se dilata y te da tiempo a apreciar valores olvidados. Donde ves como sin medios, recursos, etc, la supervivencia es asombrosa. Donde te das cuenta de lo poco que importan el resto de las cosas…Es el país que ha hecho valorar, crecer, descubrir, cuestionar, confiar, y sentirme más útil que nunca.

Al llegar a “mi casa” todo había cambiado, ahora tenía un jamón en la cocina, un colchón confortable donde dormir, un váter con cisterna y donde podía tirar el papel, una ducha de hidromasaje, un armario lleno de ropa, un zapatero lleno de chinelas, botas, deportivas… un ordenador con acceso a internet, una lavadora, un lavavajillas, aire acondicionado, un coche con cinturones de seguridad, un hospital esterilizado…

Es curioso, eran cosas con las que había convivido desde siempre y muchas de ellas las creía imprescindibles, pero hasta ahora no me he dado cuenta de que nada es imprescindible, solo la ilusión, aunque ellos piensen que vivimos en un auténtico paraíso. Al fin y al cabo todos somos iguales, igual de pobres aunque el dinero se nos salga de los bolsillos…

3 comentarios:

  1. Me gusto mucho leerte..y conocer un poco mas de ti no imagine lo mucho que te gusto estar en mi país, mucho menos imagine lo mucho que aprendiste y todas las valiosas experiencias que pasaste en Nicaragua, me alegro por ti... espero algún día decidas regresar y encontrar nuevas experiencias y aprender aun mas.. Saludos..

    ResponderEliminar
  2. Muchas Gracias Mauricio!
    Por supuesto que quiero volver, he sido muy feliz en Nicaragua y haré todo lo posible para poder repetir una experiencia parecida, ya que creo que nunca será igual... Así que..sí, espero volver a verte en breves.

    Celeste...estoy segura de que tu sabes de lo que hablo...

    Un besazo enorme a los dos, Gracias por leerme!

    ResponderEliminar